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2da JORNADA DE REFLEXIÓN

Publicada el 24/06/2013 por Mariana Martínez

De pasión versus codicia; grandes versus chicos y más, conversó la Industria convocada por la Cofradía del Vino. Un encuentro que nuestra editora nos presenta como una suerte de debate con propuestas y posturas con miras hacia el futuro del vino chileno.

De copas medio vacías versus medio llenas; pasión versus codicia; grandes versus chicos; premiunización y más, conversó la Industria convocada por la Cofradía del Vino. Un encuentro que nuestra editora nos presenta como una suerte de debate de Primarias con diferentes propuestas y posturas con miras hacia el futuro del vino chileno.


Buen sabor, aunque de dulce y agraz, nos dejó la primera Jornada de Reflexión del vino chileno, organizada por la Cofradía del vino a inicios del año pasado (ver detalles aquí). Tanto, que aunque mucho se conversó y poco avanzáramos en acuerdos concretos, la Cofradía del Vino se fue por una segunda patita, y ese encuentro al fin se llevó a cabo este jueves recién pasado en un salón de la moderna Municipalidad de Vitacura. 

Planetavino.com  estuvo presente, anotando, aprendiendo, pensando, preguntando, y claro, resumiendo para ustedes lo más importante de esa mañana cargada de aires pesimistas versus aires optimistas, de vinos premium versus graneles; y sí claro, de pasión versión codicia. 

La mañana del jueves comenzó en Vitacura con la presentación del presidente de la Cofradía del Vino, el enólogo Pablo Morandé, quien ofreció un recorrido con tono pesimista por las diferentes crisis que ha sufrido el vino desde la década de los 60 hasta nuestros días, a la par de hitos de su propia exitosa carrera enológica, como fueron: su llegada a Concha y Toro en 1976 para desarrollar del Clos de Pirque (el que sería luego un fenómeno en ventas); el descubrimiento del valle del Casablanca a mediados de los 80 (como primer valle de clima frío de Chile) ; la producción del primer Late Harvest con uvas botrytizadas de Chile el año 1987 para finalizar con su actual innovación junto a su familia, a través de una bodega pequeña, recién abierta en Casablanca –RE- con el fin de hacer vinos diferentes y en poco volumen.

Entre los hitos históricos que influyeron para que el vino chileno fuera perdiendo fama y terreno en el mercado, Morandé se fue más atrás y nombró la prohibición de plantaciones en 1938, así como creación de cooperativas post terremoto 1939, “las que llevaron, dijo,  a que los pequeños productores fueran perdiendo su identidad”. También habló del atraso tecnológico de los 60, y el establecimiento de la Jornada Unica, la que reemplazaría el vino en la mesa por la bebida familiar. Más tarde, en 1978 llegaría la cerveza Cristal y el Combinado Nacional con el pisco como protagonista. En los 70 llegaría además la caída en calidad por plantaciones en parrones con alta producción para dejar a un lado la alta densidad de plantas por hectáreas. Una década más tarde, se arrancarían parrones, llegaría el vino de uva de mesa, mientras teníamos los primeros inversionistas extranjeros y comenzaba el auge exportador. Así llegaríamos a los años 90 con apenas 53 mil hectáreas de viñedos destinados a vino (versus los 123 aprox. que existen hoy en todo Chile) y al fin, una recuperación de precios. 

Para Morandé, la gran razón de los problemas del vino chileno hoy se basa justamente en esa mala estructura de plantaciones pensada en altos rendimientos. Es por ello que en los tiempos actuales, piensa que la solución más fácil que verán los productores será subir una vez más los rendimientos de las plantaciones para aumentar rentabilidad. De allí que Morandé proyectó un crecimiento de producción para el 2014 anómalo, de 200 mil litros extra, los que sin duda,  presume, seguirán deteriorando los precios y la imagen del vino chileno. 

Plan de  Morandé, el realista pesimista 

Con el fin de avanzar con mejores expectativas Morandé lanzó su propio plan de salvación, con medidas claras: no confundir al consumidor con vinos de mesa a precios superiores a los vinos finos; o la convivencia de la industria de los graneles con vinos premuim; también fomentar la asociación de actores según sus intereses y focos de mercado; crear instancias donde reunir a grandes, mediados y chicos con poder de resolución; creación de un Código de Etica empresarial transversal; promover la creación de nuevas bodegas abiertas la público para poder rentabilizar sus negocios y darle valor a la marca país. Y como no, dejar de pensar en forma personal para hacerlo colectivamente; como por ejemplo desarrollando experiencias colectivas de vinos con identidad en lugares específicos, relacionados con su gente y su historia, como VIGNO, o Viñedos Emiliana, la cual ha creando comunidad con su entorno sustentable. Y finalmente, mejorar la calidad de los vinos familiares y básicos, desarrollando tecnología para producir mayores volúmenes sin perder calidad.

El plan de Guilisasti, el idealista optimista

Tomando la palabra de Morandé sobre su visión de excesos de producción para el 2014,el presidente de Viña Emiliana, Rafael Guilisasti, continuó la jornada afirmando que no creía en una sobreproducción de vinos o de hectáreas plantadas; sí, sin embargo, en una necesidad de que cada productor de vino tenga claro en qué segmento del mercado quiere participar y que es lo que necesita hacer para ello. “Es necesario saber dónde estás y dónde quieres estar, dijo”. Para que así no haya saltos de un segmento a otro sin reflexión alguna como suele ocurrir hoy. De allí que Guilisasti comenzara su presentación separando los distintos segmentos del mercado, concluyendo: “Todos los segmentos deben convivir”.
Segmentos de la industria del vino:
- Graneles (precio promedio de US$1.3 por litro)
- Básicos (precio US$2.11  por litro)
- Reservas(precio promedio US$3.50 por litro) 
- Premuim (precio promedio US& 6.67 por  litro)
- Espumantes (promedio de US$3.86 por litro)
- Pulpas o jugos de frutas (promedio US$4.47). 

Con esta base, más un idealizado cálculo de rendimientos por hectáreas (de 14 toneladas por hectáreas para los vinos básicos, 10 toneladas promedio para los reserva y 5 toneladas por hectáreas para los premuin) luego Guilisasti aportó su visión para el éxito de cada uno de ellos. Es así como destacó la necesidad de ser cada vez más competitivos en segmento graneles, ya que siempre serán dependiente de las fluctuaciones del dólar. Sin duda, agregó, “necesitamos que este segmento se equilibre, pues cuando hay excedentes desestabiliza los precios del segmento básico”.

 En cuanto al segmento básico, Guilisasti destacó la necesidad de aumentar la productividad y eficiencia, e incluso mencionó la necesidad de embotellar en el extranjero -una alternativa que seguro Concha y Toro ya miró como consecuencia de reciente huelga en sector de producción-. Para los vinos reserva, en tanto, el empresario destacó la necesidad de construir marca como algo fundamental, pensando en que la competencia directa es muy competitiva, pues se trata de productos masivos, como cervezas, destilados y bebidas. 

El segmento premium lo destacó Guilisasti como muy querido, “es dónde hemos puesto muchos esfuerzos”, dijo. La diversidad de actores aquí es clave, agregó. Y con relación a ella, ante una pregunta –al final de la mañana- sobre por qué no se había hablado de la concentración del 80% de la producción del vino chileno en manos de unas pocas viñas como un factor de crisis, Guilisasti respondería: “para producir vinos básicos y reserva no puedes ser pequeño. Debes ser grande para ser competitivo; cosa contraria ocurre, agregó, en el segmento premium, donde hay el estigma de que mientras más grandes, más castigado eres”. Al mismo respecto agregó durante su presentación: “Al ser la nuestra una industria tan volcada a los graneles y vinos básicos tenemos una penalización, por eso debe haber más recursos como lo plantea el Plan 2020 de Wines of Chile; para seguir promoviendo los vinos premium”. Su plan de salvación en resumen fue corto y preciso: “no tener políticas generales para toda la industria del vino, sino buscando la competitividad de cada sector”.


El plan de Chadwick,  realista con la copa medio llena

Gracias al tono optimista de su presentación, Guilisasti le entregó bien pasada la posta de la palabra al Presidente de viña Errázuriz Eduardo Chadwick, quien bajo el título "¿Quo Vadis?" buscó demostrar cómo es que un mercado más joven que el nuestro, como es nueva Zelandia, y a la vez productor principalmente de los menos apetecidos mundialmente vinos blancos; ha logrado el éxito. “Si ellos pudieron, nosotros también podemos posicionarnos donde queremos”, dijo. 

 A su vez Chadwick destacó, imponiendo su visión optimista, que en los años 80, en plena crisis, fue cuando su familia compró viña Errázuriz y que desde entonces, y la primera vez que viñas chilenas fueron a Vinexpo Burdeos, han subido los precios promedio muy por sobre los US$7 de las  cajas exportadas a su primer mercado, Paraguay. “Estoy convencido, dijo, de vender Chile como productor de vinos premium, premium en sueldos y precios”. Y claramente, ese es el camino que su viña ha demostrado llevar. De allí su llamado: “Deben plantearse dónde quieren estar; púes creo que no ha habido una reflexión profunda de dónde quieren estar o dónde quieren ir”.

Chadwick también mostró la triste realidad de los bajos precios de Chile (los más bajos entre países competidores) en dos mercados clave: Canadá y Estados Unidos. Pero también llamó a ver la copa medio llena y no medio vacía, porque si bien al compararnos con Argentina dijo “no tenemos ni a Messi, ni al Papa”, entre otros; tampoco tenemos a Cristina. En cambio sí tenemos un país de gran diversidad de terrior entre mar y cordillera, tenemos la mayor cantidad de Tratados de Libre Comercio y vinos de gran calidad reconocidos internacionalmente. 

Su plan de salvación diría así: “premiunizar marcas para fortalecer nuestra imagen, especialmente en mercados clave como Asia y Norteamérica; donde las viñas líderes deben ejercer ese rol con sus marcas a todo nivel de precios, mientras las viñas boutique deben destacar por su calidad, imagen, exclusividad y precio premium”. Además, hizo un llamado a que Wines of Chile se focalizara en la premiunización de las marcas con el Plan 2020 y a la importancia del rol en la nueva vicepresidencia de Wines of Chile que jugará el prestigioso enólogo Aurelio Montes. 

El plan de Siegel, el fatalista sin plan

A continuación de Chadwick llegó el turno del empresario granelero Alberto Siegel, con su ponencia: “¿Chicos o gigantes? Vino a Granel. ¿Bueno, malo o Feo?” Si bien Siegel, no se consideró ser el mejor expositor para el tema, su desempeño confirmó lo contrario. Entregó un análisis real de la industria de los graneles y su importancia en el mundo del vino con cifras reveladoras.

Siegel dijo: 37,5% del volumen total de vino producido a nivel mundial es granel y Chile, está entre los 11 principales productores del mundo, los que a su vez concentran el 89.2 % del valor y 92.2 % del valor. Más… Chile se ubica hoy en el séptimo lugar del top 10 con una producción de 1.339 millones de litros el 2012 (versus los 633 millones de litros que produjo el 2000); un crecimiento así es de 85% entre 2011 al 2012, mientras por ejemplo Italia bajó un 203% y España un 307% durante el mismo período.

Siegel también destacó que mundialmente ha sido el segmento granel, donde los precios han tenido un mayor crecimiento, 18% versus 7% de los vinos embotellados;  mientras efectivamente, en valor han sido los vinos embotellados los que tienen un menor decrecimiento (de -1.2% versus los -4.2% de los graneles de 2011 a 2012).


El llamado final de Sieguel fue a poner atención en el sobre-stock de vinos que viene creciendo aceleradamente desde el año 2012. “El que de seguir así, dijo Siegel, en 2014 vamos a nadar en vino y vamos a necesitar alguien que nos salve”. Esto último lo dijo en referencia a los diferentes factores de salvación que ha tenido la industria de los graneles chilenos en los últimos años (por diferentes crisis inesperadas en otros países). 

MESA REDONDA, TIEMPO DE DEBATE Y LLAMADOS DE ALERTA

La mesa redonda fue ocasión para hacer preguntas y escuchar respuestas, algunas esquivas y poco concretas, como aquella sobre el tema del fomento de proyectos personales entre enólogos de viñas nacionales. Morandé dijo, “yo siempre tuve la oportunidad y la sigo teniendo, no ha sido mi caso”.  También fue ocasión para que el presidente de la Corporación Chilena del Vino, Andrés Perez Cruz, hiciera un llamado de unidad para trabajar colectivamente como, por ejemplo, se ha hecho ya con la mesa técnica del SAG; y también, entre otros, a buscar con urgencia un nombre para los vinos espumantes chilenos. “No entiendo, y tengo la espina clavada hace tiempo, cómo es que hasta ahora no se ha hecho”, dijo.

Entre las participaciones en torno a esta mesa desde el público, destacó Raimundo Valenzuela (empresario granelero) quien pidió no satanizar el vino a granel: “sin los graneles, dijo, el valor de la uva estaría a 50 pesos el kilo en estos momentos; tampoco el granel de hoy es el diez años atrás… Podría afectar la imagen del vino chileno igual que un vino barato con problemas de calidad”. A lo que agregó René Merino (panelista y presidente de Viña Tamaya): “No hay razón para que ningún segmento afecte la imagen del vino chileno; lo que falta es estrategia, estrategia de futuro y en este sentido, agregó, espero que Aurelio Montes sea un gran aporte en la vicepresidencia de Wines of Chile”.

Otro tema que salió a relucir fue el de la falta de reglamentación para controlar la producción y venta de vinos de mesa, con uvas viníferas destinadas al pisco de rendimientos insólitos; lo que sin duda dejó una tarea pendiente, relacionada con mirar hacia adentro temas puntuales de legislación, una con visión global de país.

Rafael Guiliasti, fue quien recibió la mayor cantidad de preguntas y al menos no las evadió. Ante la reformulación de las D.O. chilenas dijo: “Es una pregunta antigua… no pretendamos dominar a los consumidores desde nuestros deseos, nuestros vinos van a mercados competitivos. Las D.O. serán exitosas mientras más vinos de calidad concentren y por eso las que más vinos de calidad concentren, son las que van a tener más atención”.

En cuanto a las lecciones aprendidas de la huelga de viña Concha y Toro, que duró más de 40 días, Guilisasti respondió: “El derecho a huelga existe… estamos de acuerdo con el diálogo pero no con el abuso. Llegamos a un acuerdo, aunque costó. Fue particularmente complejo. La negociación laboral se enfocó en capacitación y aumentos por productividad… La reflexión grande que nos deja es que Chile está en un proceso de cambio, en el que debemos revisar nuestros métodos de producción y la mano de obra”. Ello, agregó, dentro de un contexto en el que la mano de obra es cada vez más escasa y con mayores exigencias salariales. 


TIEMPO DE LOS INDEPENDIENTES

Luego de la mesa redonda fue el turno de la cofrade Adriana Cerda, quién presentó: “Uno para todos y todos para Vigno: ¿Copy Paste?”, solicitando como es norma de la Cofradía del Vino –poder ceder su palabra a un tercero, en este caso Derek Mossman, integrante de VIGNO con su bodega Garage Wines. 

Mossman presentó tal como lo había hecho unos meses atrás en Talca (ver nota acá), el proyecto que tiene como protagonista a las viejas parras del carignan del secano del Maule y sus pequeños productores para destacar su esencia en una gran frase final:“Vigno no es cool, no es fashion, al contrario, dijo Mossman. Vigno es viejo, de rulo y arrugado. Pero es innovador y es lo que la gente quiere ver”.

El Presidente de los Top Winemakers, Rafael Prieto (y nuevo cofrade 2013 junto al periodista Patricio Tapia) continuó la jornada con la presentación “Valores para el Valor: Marca Chile”. Presentando una publicidad de Tv de 28 años atrás: “Lo que importa va por dentro: Clos de Pirque” para aludir a lo no perceptible del vino y con lo que se debe jugar para hacer marca Chile. Además,  expuso sobre el tercer proyecto de Top Winemakers, el cual consiste en un vino a partir de 100 barricas, producidas por 100 enólogos  (aquí una presentación del proyecto:
http://www.youtube.com/watch?v=X-Oofw_PHgI).  “Este vino es cabernet para mostrar qué es Chile, dijo Prieto. Es ambicioso pero no egoísta… La idea es que cuando alguien lo deguste diga: este es el Cabernet Chileno”. Sin duda, un trabajo de gran valor para mostrar al mundo  hoy por hoy una industria del vino chileno unida. 

Posteriormente Roberto Echeverría, Presidente de Viña Echeverría, presentó su reflexión sobre “La Integración Vertical: de la sartén al fuego”, dando su testimonio a lo largo de la historia de viña Echeverría. Para ello,  explicó el  modelo de integración vertical en la industria del vino y luego el cómo su bodega familiar fue escalando de una producción de vino a granel,  que vendía a los catalanes de Vicuña Mackenna, a una viña boutique exportadora de vinos premium en los 80. 

En su presentación, con todo su carisma, Echeverría, dejó en claro que  una de las motivaciones para moverse de un modelo a otro, son las externalidades intangibles, como son la pasión, prestigio e imagen, y se atrevió  a asegurar “que hay muchos en el rubro por esta razón”. Pero también se atrevió a asegurar que esta fue también su gran motivación para comenzar a embotellar sus vinos en un principio y que “debido a que no ha ganado un peso en todos estos años” esta misma motivación lo ha mantenido a largo de tantos altos y bajos naturales de la industria del vino. “Las crisis siempre vienen y van en la industria del vino, el problema, concluyó, es que esta última ha durado demasiado”.

EL OBSERVADOR INTERNACIONAL 

Por último –y lamentablemente por estar excedidos en los tiempos - fue el turno del invitado internacional, el enólogo Australiano Tonny Battaglene, General Manager Strategy & International Affairs, de Winemaker´s Federation of Australia. Su charla versó sobre:” El plan de Desarrollo de los vinos Australianos: Aciertos y Errores, un caso a meditar”. Así fue como entregó distintos reportes sobre la realidad de la industria en Australia, marcada negativamente por un crecimiento demasiado rápido en los 90 y una falta de restricción en sus zonas geográfica de producción. “La marca Australia, dijo,  se devaluó con un excedente estructural de uva y de vino, dañando a la industria, provocando descuentos y erosionando la rentabilidad”. Battaglene compartió a su vez el Plan de Desarrollo y Consolidación de Australia al 2025 ya modificado por las circunstancias de sobreproducción y devaluación de la marca Australia. “El arranque del 10 % del viñedo no ha sido suficiente, dijo, porque las exportaciones han caído una mayor cantidad que eso”. Los australianos, destacó, cifran sus esperanzas ahora en recuperar el valor con vinos de alta gama desarrollando dos mercados claves: Canadá y China.



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