Según nuestro cronista, la apuesta de este restaurante anexo a La Vinoteca, entusiasmará más al conocedor de vinos que al cliente común y corriente, ya que el vino es parte importante de la propuesta.
Uno de los sueños de Mauricio Frédes,
propietario de La Vinoteca, era ocupar los espacios vacíos que tenía en el
edificio de tres pisos de esta inmensa boutique de vinos y licores, para
instalar un restaurante gourmet de alto nivel y que fuera a la vez un lugar donde se luciera la gran cantidad de etiquetas de vino que
tienen a la venta.
Hace un tiempo reclutó a Ignacio
Ovalle, el último chef del recordado restaurante Ópera y entre ambos comenzaron
a trabajar en este proyecto. Hace un mes ya es realidad y con el nombre de
Tercer Piso, las creaciones del chef Ovalle se pueden disfrutar solamente en
base a un menú degustación de cinco tiempos salados y un postre, cada plato
acompañado con dos vinos diferentes propuestos por un sommelier, con el fin de
que, aparte del placer, esta cena sea una experiencia doble, ya que el vino se transforma
en actor preponderante de este lugar.
Es una experiencia diferente e
interesante. Las mesas están desnudas e iluminadas por la luz que direcciona
una lámpara de techo. No hay pan, sal ni otra especia que es común ver en los
restaurantes. Hermosos cubiertos y una servilleta es toda la decoración de un
lugar que se ve absolutamente limpio. La idea es que los platos y copas sean protagonistas
y que nada altere la degustación.
Dos posibles horas de ingreso (a las
20 o las 21 horas) –de martes a sábado- y $ 60.000 por persona es el valor del menú
degustación. No hay posibilidad de comer platos diferentes ni partes del menú.
El trabajo de Ovalle es perfecto y el ejercicio del cliente es determinar cuál
es el vino que mejor marida con cada plato, convirtiendo a cada comensal en un
catador aficionado. Y no es fácil ya que ambos vinos generalmente son
bienvenidos en cada una de las preparaciones.
Como la carta varía toda la semana, lo
que permite al chef mantener la materia prima lo más fresca posible, los platos
que detallo a continuación sólo son para ser tomados como referencia. Aun así,
platos como los Ravioles de conejo confitado servido con zanahorias y
demi-glace, alcanzan un momento de gloria. Para beber, Corralillo chardonnay
(San Antonio) 2015 y Las Mercedes país (Maule) 2016. Vinos contrapuestos, pero
ambos muy amables con los sabores de esta receta.
Excelente materia prima donde en esta
ocasión nos permitió degustar ostiones, cojinova, ternera y cordero en
versiones gourmet de gran influencia francesa, gracias a los estudios de Ovalle
en Europa.
En contraste al tercer piso, que las
oficia de restaurante de alta cocina, la terraza interior del primer piso de La
Vinoteca se transformó en un café-bar muy amable, lugar donde se podrá degustar
charcutería, quesos, sánguches y dulcería, durante todo el día y con la
posibilidad de beber cualquiera de los vinos que mantienen a la venta en este
especial lugar.
La tarea no será fácil ya que los menú
degustación están floreciendo por toda la capital, aun así, la experiencia de
este restaurante es novedosa, ya que en esta oportunidad y por primera vez,
doce diferentes vinos y licores acompañaron una cena de seis platos…
Oportunidad única para conversar de cepas y aromas, debatir y a la vez entender
parte de este complejo pero interesante mundo de los vinos.
3° Piso
Nueva Costanera 3955, piso 3
Teléfono: 22953 6290
(*)
Juan Antonio Eymin es cronista gastronómico y fundador de
Lobby, la primera revista destinada al
sector hotelero y gastronómico de Chile. En la actualidad sus comentarios
pueden ser leídos en varias publicaciones. Su independencia le da la libertad
necesaria para aconsejar a sus lectores, por eso donde va gusta destacar lo
bueno y lo malo.